PSICOTEATRO Y CURACIÓN EMOCIONAL

Por José Rodríguez
Naturópata y casi agricultor
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El ser humano está sometido a una presión increíble. La progresiva automatización que sufre, le aleja cada vez más, de los demás y de sí mismo. Tiende a negar, durante la mayor parte del día, sus inclinaciones imaginativas, afectivas, emocionales y espirituales.

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Sólo, oculto en un salón o en un baño, es posible cierto desahogo. Mientras tanto, hay que mantener la imagen de un ser lógico, racional y competitivo.

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De esa manera, no resulta extraño que un ser así, saque la pistola y le dé un tiro a cualquiera que le haga un "choquesito" a su carro. "Es que estaba sometido a mucha presión", podría decir.

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Lo más preocupante es que, en nuestra conciencia, se considere normal que el sujeto tenga estrés. ¿Lo resultante? Un caldo de cultivo para producir más neuróticos, esquizofrénicos, depresivos...

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La situación es tan grave que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clamado por más atención a la salud mental. La OMS hasta dedicó su informe anual del 2002 a las patologías neuropsiquiátricas.

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Es claro que, viviendo bajo presión permanente, el hombre y la mujer consumen todas sus reservas, iniciando así la marcha hacía la autodestrucción. Ahí está el problema.

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Si queremos volver a equilibrar nuestro ir y venir por el mundo, tenemos que aprender a leer holísticamente la naturaleza, la vida y el propio cuerpo. Reconocer que somos seres multidimensionales, no limitados a nuestras formas y emociones, sino conectados a la unicidad ilimitada del universo.
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Hoy, en la era de la razón, al hombre se le ha privado de la pasión, pues, entre los valores del Estado y la duda cartesiana, vive enajenado, sin el entusiasmo de estar vivo.

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Recordemos a Goya con su famosa serie de grabados, titulado genéricamente "El sueño de la razón produce monstruos". Hace ya dos siglos que este artista expuso la realidad existencial del hombre moderno. La conciencia colectiva de su época, ni siquiera imaginaba que tales predicciones se cumplirían más tarde, en todos los niveles de la vida cotidiana.

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El ser humano, al romper el equilibrio con sus sentimientos y con el ecosistema, al perder la coherencia emocional interna y su relación con el entorno, pierde los mecanismos autorreguladores característicos de la especie.

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En las investigaciones médicas de ayer y hoy, podemos ver la influencia que tiene el estado emocional en la salud. En ese sentido, un grupo de investigación para las terapias ocupacionales nos permite saber lo que ocurrió en España con el personal sanitario de hospitales que trabajan con la tuberculosis: "Había un grupo que contraía la enfermedad y otro que no lo hacía y se comprobaba que el grupo que no enfermaba no era por causa de que fuesen personas físicamente muy fuertes, sino porque estaban en un estado físico-psíquico y emocional más o menos aceptable".

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Hasta la inmediata realidad bio-existencial del ser hombre nos sugiere la forma de vivir. La estructura cerebral del hombre se reparte en dos hemisferios: un hemisferio dirige los procesos lógicos, racionales, matemáticos y de conocimiento. Mientras que el otro hemisferio dirige los procesos de significados simbólicos, creativos, artísticos y espirituales.

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No se trata de pasar de un hemisferio cerebral a otro, sino de buscar el equilibrio perdido, reconociendo la existencia de ambos para saberlos combinar, como muy bien lo hace el sistema eléctrico con el polo negativo y el polo positivo, el cosmos con la noche y el día, la Tierra con el invierno y el verano.

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Más allá de los dos hemisferios, encontramos un elemento llamado "cuerpo calloso", el encargado de conectar los dos hemisferios. El "cuerpo calloso", entre otras cosas, viene a decirnos que entre ambos hemisferios existe una oposición complementaria y, por lo tanto, hay que reconocer la existencia de los dos para poder responder al sentido unitario de nuestro ser, pues somos un todo.

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Hay personas que siendo intelectualmente muy elevadas, no saben tomar en cuenta ni leer la parte intangible que tiene cada evento de la vida. De ahí viene la torpeza para manejar las relaciones interpersonales y la incapacidad de aplicar y desarrollar su propio saber.

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¿CÓMO NOS CURAMOS EMOCIONALMENTE?

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La dinámica de alfabetización emocional va más allá del acto puntual del discurso, exige un desarrollo, un camino que se construye paso a paso con la totalidad de lo que somos. Todo eso implica un proceso vivencial, dirigido a todos aquellos que quieran profundizar en el conocimiento de sí mismos y de las relaciones interpersonales. Esa profundización se hace a través de las diferentes técnicas grupales del psicoteatro y de la gestalterapia.

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Cada persona irá descubriendo desde sí misma, sus disturbios emocionales, tabúes e inhibiciones que impiden la libre expresión. Trabajaremos los sentidos como elementos fundamentales de comunicación (con uno mismo y con los demás), recuperando e integrando el olfato, el tacto, y la caricia como posibilidad de enriquecimiento personal y mejora de la calidad de nuestras relaciones.

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Esto significa la toma de conciencia de sí mismo como organismo vivo, el descubrimiento de su cuerpo y de las causas psíquicas de sus alteraciones para no seguir aferrado a las corazas emocionales que nos impiden convocar nuestra fuerza autocurativa y nuestra libertad de ser.

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A través del psicoteatro y la gestalterapia, los participantes podrán ver, sentir y analizar la manera en que los disturbios emocionales gobiernan nuestra existencia, la forma en que nos dejamos envolver por los acontecimientos, dejando en manos de la biología la regulación del equilibrio interno de nuestro organismo.

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BENEFICIOS GENERALES PARA LA VIDA:

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a) Se obtiene un conocimiento que afina el talento innato y la necesidad natural de comunicación.

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b) Los participantes podrán leer los gestos y los mensajes no verbales para saber el fin de una conversación, el cambio de tema y de los ritmos que sostienen la comunicación humana. Cómo y cuando callar, hablar o preguntar.

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c) Sabrán utilizar el buen humor como descongestionante psíquico, para crear flexibilidad y capacidad de solución a los problemas de orden personal, laboral o intelectual.

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d) Aprenderán a aceptar las diferencias con los demás como diversidad enriquecedora.

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e) Con el uso y desarrollo de la inteligencia emocional se podrá, cada vez que se produzca un proceso lógico, racional o productivo, ponerle concientemente una intención de amor.

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f) Los participantes aprenderan a identificar y manejar los sentimientos que generan trastornos de salud como miedo, ira, depresión o ansiedad.

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g) Valorar o recoger todo aquello que da vida, como una canción, un poema... Porque en la medida que hacemos vida por la vida, estamos gestando salud.

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Los que estén interesados, serán bien recibidos, siempre y cuando tengan conciencia y necesidad de su curación emocional. Esta propuesta está enmarcada dentro del programa de sanación del doctor Sinn. Bajo su supervisión, esperamos hacerlo lo mejor posible. Gracias Maestro por existir como una referencia incondicional de amor y servicio.