Es desagradable y difícil encarar esas realidades y nuestros sentimientos hacia ellas. Por eso la mayoría de nosotros trata de inventar cualquier refugio para no ver, no escuchar y no sentir.
El primer paso que debemos dar para manejar cualquier reto es reconocer qué es y cómo nos sentimos con respecto a él. Solo si encaramos nuestros temores podremos encontrar soluciones creativas y efectivas. Apaguemos los medios que desinforman, desintoxiquemonos por un momento. Sería oportuno preguntarse ¿A dónde estoy yo ahora? ¿Qué doy y qué recibo de la vida?
/El cuerpo humano es un microcosmos. A partir del cuerpo podemos reconocer que todo está interconectado con todo (como lo asumían nuestros antepasados) y que, por tanto, existen correspondencias, sincronías e influencias positivas y negativas de los planetas, los cielos y todo el sistema solar en la vida de los seres humanos.
La crisis actual no se agota en los problemas que señalan los medios de comunicación, es la enfermedad terminal de un sistema social excluyente y depredador que crea y exacerba hasta el extremo, la contradicción naturaleza-sociedad. En consecuencia, no estamos frente a una crisis más (de las tantas que crea el mismo sistema), sino frente a una gran encrucijada como civilización.
Nosotros no tenemos más remedio que recordar nuestra historia de encuentro asociativo, enfrentar el desafío y asumir la solidaridad como punto de partida para volver a las raíces, a la tierra, al corazón...
De Vuelta al Conuco nos da herramientas para ese retorno. Es una publicación que estabamos necesitando hace tiempo, pues en cada entrega, nos ofrece luz para el análisis y elementos sumamente prácticos para construir procesos de cambio en nuestras formas de producir, consumir y existir.
En consecuencia, esta iniciativa viene a superar la visión folclórica de ese ecologismo que se agota en la denuncia y el desahogo. De Vuelta al Conuco plantea propuestas concretas, procurando una visión integral del ser humano y su entorno.
A continuación, una muestra del contenido de De Vuelta al Conuco (agosto 2008), un boletín que aporta el Grupo Vivencial Gaia, el mismo grupo que, cada viernes, nos entrega vegetales orgánicos frescos.
¿POR QUÉ VOLVER AL CONUCO?
Volver al conuco es mantener y recuperar tradiciones/saberes, recuperar la confianza en nosotras/os y nuestros lugares; es buscar adentro.
Es ayudar a recuperar la salud de la tierra y comenzar a tener el control de la nuestra.
El conuco puede ser… Un vínculo directo y cotidiano con la naturaleza/lo natural.
A través del conuco se podría iniciar, ese diálogo pendiente con la madre tierra.
El conuco nos aleja de la visión insostenible que hoy domina la agricultura; nos libera del uso de combustibles fósiles/agro tóxicos… que tanto daño han diseminado en el planeta.
Volver al conuco para crear un espacio diverso, variado; que sirva no solo para abastecernos de vegetales frescos, plantas medicinales, aromáticas. Un espacio que actué como refugio de fauna/humedad o proporcione biomasa para el reciclaje.
Volver al conuco para crear un jardín que sea deleite visual, donde el trabajo se transforme en lo que siempre debió ser, una actividad placentera.
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