martes, 29 de julio de 2008

¿PUEDO DEJAR EL TABACO SIN ENGORDAR?

Por José Rodríguez
Naturópata y casi agricultor
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Esta es nuestra respuesta a Adalgisa Oviedo, socióloga de Ponce, Puerto Rico, seguidora de Vida X Vida.

La nicotina y la falta de oxigenación de los tejidos corporales producen una aceleración del metabolismo. Al dejar de fumar, se produce una ralentización del metabolismo y, en consecuencia, el cúmulo de alimentos no utilizados se transforma en grasas.

Una respuesta muy sana y concreta para estimular el metabolismo es la actividad física. El chi kung, el tai chi, el yoga y las caminatas en contacto con la naturaleza pueden ayudarnos. También alguna actividad como la jardinería o la agricultura. Además de ayudar a acelerar el metabolismo, las actividades físicas dan bienestar psicológico y evitan que sustituyamos el cigarrillo con comida, que es otra causa del aumento de peso.

Por experiencia personal, recomendamos no fumar mecánicamente, hacerlo de manera atenta y sentida. Observar el sentimiento oculto y el impulso de fumar sin autocensurarnos. No fumar con prisa y evitar las cosas que nos motivan a hacerlo. Esta es una oportunidad para renovar el contexto de nuestras relaciones personales, elevando la calidad de asociación con gente que busque un estilo de vida más sano, ayudándonos a impedir que nos encerremos en la coraza de la resistencia a los cambios (cambios que están más allá de dejar de fumar).


Nuestras recomendaciones generales son:

  • Aumente el consumo de hidratos de carbono complejos (legumbres, cereales integrales, verduras y frutas).
  • Disminuya el consumo de grasa animal y de azúcar.
  • Aléjese temporalmente del café y el alcohol.
  • Beba más agua.
  • Cuando sienta deseos de comer respire profundamente con el abdomen. O puede comer un pedazo de fruta.
  • Medite.
  • Ejercítese.

Los peligros del fumar son bien conocidos, por eso no vamos a describir sus daños. La respuesta aprendida y la que más reciben los fumadores, es la de abandonar automáticamente el hábito. En esa opción no se toman en consideración los aspectos psicoespirituales que acompañan los actos de cada adicción.


El ser humano siempre ha tenido necesidad de algo que esté por encima de sí mismo. En la vivencia de toda adicción se persigue un placer que nos libere de la rutina y de un súper yo que nos eleve por encima del presente, con sus dolores y preocupaciones.

Antes del abandono súbito del hábito es importante trabajar la causa profunda que lleva a la persona a huir de su propia vida. No es sano utilizar la manipulación. Tampoco lo es apoyarse en el miedo. Si renuncia al tabaco por un sentimiento de miedo, multiplica lo que justamente, canaliza por la vía del hábito de fumar.



El tabaco se ha vuelto destructivo porque ha sido arrancado de su contexto teológico y ritual. Si hacemos un recorrido por el mapa de muchas culturas primigenias, encontramos el tabaco. A este le daban sentido, trascendencia y, además, mantenían períodos de abstinencia en el uso para evitar la dependencia. Con eso también minimizaban los trastornos psíquicos y fisiológicos que pudieran aparecer.
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El uso actual no es más que la profanación de un antiquísimo sacramento. No es posible despertar psicológicamente del yo de la personalidad (diseñado por el medio social) a través de un acto puntual y voluntarista. Así, cualquier ritual que no trascienda la evasión, se agota en la promiscuidad contemporánea que profana la vida.

Bajo esta perspectiva, no resulta difícil entender por qué los humanos de hoy tienen tantos problemas en sus relaciones consigo mismos. Por ser una cuestión natural VIVIR, el ser humano debería haber acumulado suficiente experiencia y memoria natural como para establecer un vínculo consigo y los demás donde reine la armonía y la paz.

En nuestra respuesta hemos querido resaltar los puntos más ignorados del tema. Reafirmamos que hay numerosas herramientas para acceder a lo más profundo del ser y restaurar la coherencia psicoespiritual y la confianza en nuestro niño interior.


Así, podríamos comprender lo que un día nos dijera Octavio Paz: “Vuelta a sí mismo, no al que fue ni al pasado: al ahora. (…) El ahora: antes de la separación, antes de falso o verdadero, real o ilusorio, bonito o feo, bueno o malo. Todos vimos alguna vez el mundo con esa mirada anterior, pero hemos perdido el secreto. Perdimos el poder que une al que mira con aquello que mira”.

Adalgisa, si vienes a Santo Domingo, bienvenida seas, pero no es necesario, pues en Puerto Rico hay muy buenos naturópatas que podemos recomendar.

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