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Basado en una pedagogía activa y vivencial, el proyecto global da papel protagónico a los convocados, porque es indiscutible que tienen y pueden jugar un rol importante en la protección de su propia salud y en la proyección de un nuevo modelo de salud que favorezca integralmente al ser humano.
De esta manera, se concibe la salud como un bienestar que se construye día a día y que exige, para realizarse, armonía física, mental, emocional y espiritual. Es un proceso vivo que nos hace tomar en cuenta nuestra forma de ser y hacer la vida. Para todo esto hay que despertar psicológica y espiritualmente. Por esa razón el proyecto global hace énfasis en el mismo.
Ya las personas que participan regularmente en las prácticas dan testimonio de los beneficios, hay cambios manifiestos en su salud. Recordemos que el practicar tai chi o chi kung puede equipararse a la meditación; son medios predominantemente físicos y fisiológicos para provocar la coherencia psicofísica y la iluminación del alma.
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¡Qué bueno que siguen integrándose nuevas personas! Ahora debemos crecer en el sentido solidario para crear un sentimiento comunitario en nuestros encuentros. El grupo es un espejo que alienta la apertura y la disponibilidad de las dimensiones más elevadas. Da una estructura a partir de la cual se puede abrazar el impulso transformacional.
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