lunes, 1 de junio de 2009

TERTULIA VERDE

Para compartir, reflexionar y hacer algo…


Estamos ante una sociedad de estadísticas alarmantes, con más bancas de apuestas que aulas en las escuelas y más consumo de alcohol y narcóticos que de alimentos. Saber que el Estado percibe gran parte de sus ingresos fiscales gracias a la industria del vicio y ver que nuestro liderazgo político social reina con sus perversidades impunemente, recibiendo escasa o ninguna sanción ética por parte de la sociedad, es preocupante.

Todo esto es caldo de cultivo para una cadena de procesos que tienen consecuencias en toda la sociedad: depresión, ansiedad, violencia, desesperanza, indiferencia y apatía. La crisis económica que nos amenaza no es más peligrosa que la desesperanza que nos acompaña.

En estos últimos días nos hemos estremecido por el crimen que representa la destrucción de Los Haitises, con el apoyo de un organismo público pagado por toda la sociedad. También hay planes para que la Barrick Gold explote el oro de la Cordillera Central. ¿Qué hacer? En los medios institucionales las respuestas que encontramos contienen una dosis de verdad y otra de engaño, oportunismo y manipulación. Si queremos evitar un total colapso social y ecológico tenemos que comenzar a actuar, desde ahora mismo, en la perspectiva de refundar Quisqueya.

Somos conscientes de las dificultades del camino, pero no hay otra salida que encontrarnos con nosotros mismos, volver a la vida, unirnos para representarnos a nosotros mismos, porque una sociedad no puede sobrevivir sin esperanza. El miedo al fracaso no puede ser nuestra última palabra, nuestro último gesto, nuestro último acto.

Si se destierra la utopía del territorio de lo humano se pierde la poética de la existencia y se muere el ser humano, víctima de la hegemonía de una cultura única, gobernada por la razón calculadora, que nos reduce a la percepción condicionante del status quo.

La esperanza habita en las zonas más profundas del ser humano y es la respuesta que nos acompaña como amigo fiel en el desierto y en la oscuridad que ronda por doquier. Carl Jung reconocía que cuando el inconsciente colectivo de una sociedad pierde la esperanza, sucumbe por la auto destrucción del miedo y la violencia.

Estamos en la mejor disposición de contribuir en la generación de espacios para el encuentro y la reflexión. Entre todos podemos alcanzar una mirada más amplia, más solidaria, más comprometida con la verdad.

Los temas de cada encuentro estarían centrados en la ecología, no sólo como discurso-reflexión, sino como un estado de consciencia que nos ponga en actitud de transformar nuestra manera de vivir y de ser. Unirnos y sincronizarnos entorno al amor y a la vida, con estrategias para la acción en campos como la inclusión, salud, producción, educación, seguridad y soberanía alimentaria.

Desde el Voluntariado Pro-Cordillera estamos comprometidos en integrar a todo lo que hacemos, la transformación espiritual, para abrirnos al amor y poder trascender los intereses de nuestro pequeño yo y salir de la lucha eterna de los egos y sus repercusiones entre seres de la misma especie. Es urgente sacudirse y soltar aquellos lastres que nos impiden entrar en sintonía con el cambio que anuncia la Tierra.

Recordemos lo que siempre hemos señalado, que la situación que sufrimos podemos convertirla en algo así como la crecida de un río, que limpia el terreno que inunda y permite así nuevas siembras y cosechas.

Si le nace participar, envíenos su dirección de correo electrónico, teléfonos y temas de interés:


pro.cordillera@gmail.com

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