A pesar de sus 86 años, el médico Evarts Loomis sigue compartiendo sus conocimientos y buen humor. Audaz pionero de la medicina holística, Loomis inauguró un nuevo concepto de salud integral que está cambiando la esencia de la práctica médica. Y es que el arte
de la curación amplio sus fronteras en su santuario holístico Meadowlark, cuya influencia perdurará durante mucho tiempo.
Textos: Robert Goodman
Fotos: Valerie Avellar y Prasad
Fotos: Valerie Avellar y Prasad
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El término "holístico" es hoy familiar, pero hace cincuenta años era una palabra arrinconada en los textos clásicos de la que casi nadie se acordaba, hasta que Evarts Loomis, médico norteamericano, abrió el camino hacia un nuevo enfoque del paciente y la enfermedad.
El término "holístico" es hoy familiar, pero hace cincuenta años era una palabra arrinconada en los textos clásicos de la que casi nadie se acordaba, hasta que Evarts Loomis, médico norteamericano, abrió el camino hacia un nuevo enfoque del paciente y la enfermedad.
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Fueron unos principios solitarios. Loomis se sentía el tuerto en un país de ciegos y tuvo que construir, paso a paso, un camino hoy despejado para los que se inician en el terreno de la medicina integral. Ahora, como reconocimiento a su labor, ha sido galardonado con el prestigioso premio Pioneer Award (Premio a los pioneros) de la Asociación Americana de Medicina Holística, por su trabajo de más de 50 años en el campo de la salud integral y por haber creado el primer centro de esta clase en Estados Unidos -Meadowlark-, donde recibieron tratamiento más de 6,000 pacientes, hasta su clausura en 1991.
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LA LUZ DEL HIELO
/Poco tiempo después de su graduación, en 1936, Evarts Loomis se fue como voluntario a trabajar a la misión cuáquera Grenfell, en Terranova, un terreno inhóspito con una población muy diseminada entorno al círculo ártico, donde el único medio para acceder a sus pacientes era un trineo tirado por huskies. Estos años de ejercicio de la medicina fueron una auténtica inspiración para él y allí conoció a su primera esposa y compañera de inquietudes. Pero en la inmensidad de aquellos paisajes, Loomis sentía que le faltaba algo. Él mismo cuenta que oía una voz insistente que le repetía una y otra vez: "Hay que tratar a la persona en su conjunto". Palabras que se revelarían como proféticas y que abrieron el camino a otro enfoque de la medicina.
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En uno de sus desplazamientos para atender a una mujer a punto de dar a luz, tuvo su primera experiencia paranormal. Al llegar a su destino, se encontró con que su paciente tenía una fuerte hemorragia y que con el material que llevaba en su maletín portátil no podía hacer frente al problema. La gente del lugar le preparó otro trineo con perros de refresco y se dirigió a una localidad cercana para proveerse de lo necesario. Caía una fuerte ventisca y no tardó en perderse. Desorientado, buscaba desesperadamente en aquel blanco paisaje alguna referencia que le devolviera al camino, cuando, de repente, vio una potente luz saliendo del hielo que iluminaba la Bahía de San Leonardo y que permaneció brillando hasta que recuperó la ruta.
/De regreso a la casa de su paciente, llegó a tiempo de salvar la vida de la madre, aunque desgraciadamente la del niño se perdió. Allí mismo preguntó a los vecinos sobre el origen de aquella luz y le contaron que, años atrás, un marinero francés se había ahogado en esa misma bahía. Desde entonces, los vecinos asociaron este hecho con la aparición de una misteriosa luz durante las tormentas, que actuaba de guía para los viajeros.
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Como cuáquero, llegado el momento, Loomis hizo constar su condición de objetor de conciencia y no se incorporó a filas al estallar la Segunda Guerra Mundial, aunque ofreció sus servicios médicos tanto a las tropas como a los civiles afectados por el conflicto. Fue entonces cuando se trasladó a Argel (los alemanes, al mando del general Romel, habían invadido el norte de África y sembrado estragos entre la población indígena) con un equipo de Naciones Unidas para trabajar en un pequeño hospital, desde donde ayudó a refugiados en Casablanca y Marrakech, a veces poniendo en riesgo su vida.
/No obstante, pronto expresaría su deseo de partir hacia otro lugar donde sus servicios médicos fueran más necesarios. Su inquietud se vio colmada con su traslado a la provincia de Yunan, en China. Allí dirigió un modesto hospital cuáquero -a 30 millas de Birmania- y se dedicó a educar a la población rural frente a las recurrentes epidemias de malaria, tifus y disentería, tan típicas de aquellas latitudes. El hospital con el apoyo alimentario del Gobierno chino y los medicamentos llegaban gracias a la organización cuáquera Friends.
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Loomis quedó sorprendido con que los habitantes de la zona usaran todavía la rueda hexagonal y que desconocieran por completo la rueda redonda. Sin embargo, allí se inició en el conocimiento de la acupuntura y los secretos de la energía chi, y ambas cosas terminarían de dar forma a su particular visión de la medicina. Aquel médico educado en la gran urbe habia encontrado el sentido de la medicina total en medio de una zona donde la tecnología moderna no había llegado. Al terminar la guerra, regresó a California, donde empezaría a poner en práctica lo aprendido.
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A principios de los años cincuenta, Loomis se instaló en Hemet, al norte de San Diego (EE.UU.), para abrir un centro residencial donde los pacientes recibieran tratamiento del "cuerpo y del espíritu". Para ello, contó con la ayuda de la asociación Friendly Hills Fellowship, uno de cuyos miembros, el capellán Bertrand Hause, compartía su visión de la sanación integral y también había soñado con un proyecto parecido para prestar ayuda psicológica y espiritual a los hospitalizados.
/Así, Hause y Loomis empezaron a atender a los enfermos y no meramente a las enfermedades, alojando a aquellos que necesitaran más tiempo para encontrar por sí mismos el origen de sus trastornos y preparando su cuerpo para la auténtica curación.
/Al cabo de dos años, los padres de Loomis se fueron a vivir a Hemet y éste, en compañía de su madre, Amy Brown Loomis, emprendió el estudio de las religiones de todo el mundo. Su propia madre llegó a ser líder espiritual del lugar, enseñando meditación hasta su muerte, a los 98 años.
/ Pero todavía Loomis no tenía los medios para crear el centro que tenía en mente, donde se pudieran aplicar diferentes disciplinas, tanto orientales como occidentales, y habría que esperar a 1958 para que naciera Meadowlark, una finca de veinte acres al pie de las montañas San Jacinto, al norte de San Diego, compuesta por varias edificaciones, dedicadas a distintas actividades y complementadas con una magnífica biblioteca, una capilla no confesional y un centro para servicios comunes.
/La experiencia de Meadowlark era única y lo más llamativo es que no era un centro de reposo al uso. Allí todo estaba orientado hacia el redescubrimiento de la "persona total" y el concepto de salud incluía el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu, por lo que la meditación, por entonces desconocida por la mayoría de norteamericanos, era una de las actividades centrales.
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Para desarrollar su proyecto, el doctor Loomis contaba con la ayuda de la medicina, la psicología, la psicosíntesis, la espiritualidad y las artes creativas. Además, en 1960, pasaría cinco meses en Europa con el ojetivo de visitar a médicos holísticos y conseguir tras estos contactos, crear una Junta Consultiva para el primer santuario holístico de Estados Unidos. Al lado de Meadowlark estaba el Centro de Salud Holística Friendly Hills, que ofrecía -y sigue ofreciendo hoy- terapias complementarias a las suyas y con el que colaboraba estrechamente.
/Para desarrollar su proyecto, el doctor Loomis contaba con la ayuda de la medicina, la psicología, la psicosíntesis, la espiritualidad y las artes creativas. Además, en 1960, pasaría cinco meses en Europa con el ojetivo de visitar a médicos holísticos y conseguir tras estos contactos, crear una Junta Consultiva para el primer santuario holístico de Estados Unidos. Al lado de Meadowlark estaba el Centro de Salud Holística Friendly Hills, que ofrecía -y sigue ofreciendo hoy- terapias complementarias a las suyas y con el que colaboraba estrechamente.
CURACIÓN PARA TODOS
En 1975, Loomis publica Healing for Everyone, Medicine of the Whole Person (Curación para todos, medicina para la persona total), escrito en colaboración con el reverendo J. Sig Paulson. El libro, uno de los primeros de su género obtuvo el benéplacito de la profesión médica, no sólo en Estados Unidos, sino en muchos otros países. Loomis comprendió que era el momento para crear una asociación holística con apoyo oficial. Y así, en 1976, él y otros cuatro médicos se reunieron para preparar las bases de lo que sería la American Holistic Medical Association (Asociación Americana de Medicina Holística). Ejemplo que inspiró a otros profesionales en Gran Bretaña, que crearon también su asociación, a cuya inauguración invitaron a Loomis. En 1983, con motivo del 25 aniversario de Meadowlark, Loomis recibió mensajes de felicitación de muchos países, incluyendo uno de Robert Muller, el entonces Secretario Adjunto de Naciones Unidas y actualmente Canciller emérito de la Universidad de la Paz de Costa Rica, cuyas palabras definen claramente lo que la gente recibía en este centro de sanación: "La salud y no la enfermedad es el estado cósmico normal del ser; la paz y no el conflicto es el orden normal del Cosmos; el amor y no el odio es la disposición normal humana. Es responsabilidad de cada individuo el satisfacer su destino cósmico y alcanzar la perfección del cuerpo, la mente, el corazón y el alma. El cómo hacerlo es muy simple: considerarnos en cada instante como parte de la creación total, del planeta total, de la humanidad total y del tiempo total... Todo esto se enseña y aplica con gran eficacia en Meadowlark, donde la naturaleza entera está integrada... Pido a nuestro Creador que bendiga ese lugar maravilloso... !Que transmita su influencia acogedora y vital al mundo entero!"
/A medida que se extendía la fama de Meadowlark, instituciones privadas y públicas, nacionales e internacionales, se dirigieron allí para conocer sus métodos de curación. Se hizo entonces necesario ampliar la labor del centro, creándose un programa especial para estudiantes. Loomis también trabajó en promover cambios a nivel oficial, tanto local como nacionalmente.
/Para poder hacer los reconocimientos médicos en el mismo Meadowlark, se construyó un clínica y un centro de investigación en 1978.
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El arquitecto Donald Hoppen, discípulo de Frank Lloyd Wright y Krishnamurti, fue el encargado de diseñar el edificio, tarea que abordó tomando en cuenta los aspectos espirituales del lugar. Concibió para ello doce módulos en círculo, en cuyo centro colocó una fuente, símbolo de vida. El aspecto exterior fue pensado en armonía con el paisaje y cada uno de los doce módulos fue dedicado a una labor específica: homeopatía, osteopatía, quiropráctica, acupuntura, terapia de la polaridad, psicoterapia, cirugia menor, etc. En otro módulo estaba la Sala Albert Schweitzer (premio Nobel de la Paz de 1952 y amigo de juventud de Loomis) y la capilla no confesional de Amy Loomis.
LA ENERGÍA DEL ESPÍRITU
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Aquí entraría en escena Fay Hendry la típica trabajadora eficiente y responsable de la gestión de una oficina de relaciones públicas del colegio Golden West, al sur de California, cuando -en 1991- tras varias consultas médicas, es dada de baja por problemas de salud: cada día se sentía más fatigada y el cuerpo se le había cubierto de granos muy molestos. Los médicos no cesaban de repetirle que no le pasaba nada y que su Síndrome de fatiga crónica era algo mental. Desilusionada decidió acudir a Meadowlark, donde recuperaría el equilibrio perdido.
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Aquí entraría en escena Fay Hendry la típica trabajadora eficiente y responsable de la gestión de una oficina de relaciones públicas del colegio Golden West, al sur de California, cuando -en 1991- tras varias consultas médicas, es dada de baja por problemas de salud: cada día se sentía más fatigada y el cuerpo se le había cubierto de granos muy molestos. Los médicos no cesaban de repetirle que no le pasaba nada y que su Síndrome de fatiga crónica era algo mental. Desilusionada decidió acudir a Meadowlark, donde recuperaría el equilibrio perdido.
Poco después de abandonar Meadowlark, ya recobrada, Fay recibió una llamada de Loomis pidiéndole que fuera a trabajar para él como asistente. Fay no tuvo que pensárselo mucho para abandonar lo que había sido su vida y, junto a Loomis, se dedicó a divugar su mensaje de paz, salud holística y cuidado del medio ambiente en una nueva empresa a la que llamaron Health and Growth Association (Asociación de Salud y Crecimiento). Al poco tiempo, contrajeron matrimonio; actualmente viven en un rancho desde donde continúan con su labor pedagógica. Fay, quien aprendió por propia experiencia que la salud es como una piedra preciosa y que la vida es sagrada, goza hoy de una salud espléndida.
/A pesar del cierre definitivo de Meadowlark -en 1991- Loomis sigue comprometido con sus ideas, que actualmente divulga por medio de conferencias en todos los rincones del mundo. A pesar de su edad, se le puede escuchar tanto en Alemania o en Inglaterra como en la India o Australia. Además, él y su mujer Fay, colaboran con el California Institute for Human Science (Instituto Californiano de Humanidades) y con la Philosophical Research Society (Sociedad de Estudios Filosóficos). El objetivo del primero, fundado por el Dr. Hiroshi Motoyama, científico y sacerdote sintoísta, es promover la expansión de la conciencia humana y la paz mundial. La segunda, creada por Manly Palmer Hall, apoya el crecimiento personal y la evolución mundial.
/Con 87 años, Loomis escribió su segundo libro, Ancient Laws and the Art of Healing: Medicine for the 21st Century (Las leyes de la antigüedad y el arte de la sanación: la medicina del siglo XXI), obra que trata de mostrar cómo la energía del espíritu será la base de la nueva medicina. Lo cierto es que, gracias a su labor, el espíritu que sostuvo Meadowlark continúa vivo, como lo demuestra el hecho de que la medicina holística se vaya incluyendo en la atención médica primaria y los beneficiarios de este concepto integral del ser humano se cuenten, al fin, por millones.
/EUROPA, FUENTE DE INSPIRACIÓN
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Las teorías de varios pioneros de la medicina holística en Europa fueron fundamentales para la creación de Meadowlark. Entre 1959 y 1960, Evarts Loomis viajó al viejo continente y entró en contacto con algunos de los genios de la curación más destacados del momento, que realizaron aportaciones esenciales para el desarrollo de la curación integral. Estos son sus nombres:
Las teorías de varios pioneros de la medicina holística en Europa fueron fundamentales para la creación de Meadowlark. Entre 1959 y 1960, Evarts Loomis viajó al viejo continente y entró en contacto con algunos de los genios de la curación más destacados del momento, que realizaron aportaciones esenciales para el desarrollo de la curación integral. Estos son sus nombres:
- Roberto Assagioli, psiquiatra de Florencia creador de la técnica llamada Psicosíntesis, cuya meta era la integración de todas las potencialidades del ser humano, incluyendo su naturaleza superior y su esencia espiritual. Sus ideas eran una extensión del concepto de Super Yo, desarrollado por William James y Abraham Maslow en Estados Unidos. Assagioli pensaba que cada hombre y mujer tienen un centro de conciencia puro e inmutable, muy distinto del desorden físico y mental del mundo exterior. La Psicosíntesis emplea técnicas procedentes del psicoanálisis, la formación interactiva, la musicoterapia y el empleo de símbolos, y es una discíplina aceptada en varias universidades italianas desde hace más de una década.
- Francesco Racanelli, abogado de origen modesto que estudiaría Medicina en la Universidad de Bolonia. Desarrolló un original enfoque de la atención al paciente al que llamó "medicina biorradiante", que ponía en práctica en su propio domicilio, ya que pensaba que un ambiente informal y relajado favorecía el proceso de curación, que él entendía como una combinación de los aspectos físicos, psicológicos y espirituales. Racanelli se ayudaba de su propia sensibilidad receptiva hacia el paciente para sintonizar con sus problemas. Su objetivo erá cuidar el enfermo en su totalidad y ayudarle a entender el sufrimiento como una experiencia de crecimiento.
- Aloys von Orelli, psiquiátra de Basilea (Suiza). Alumno de Jung, von Orelli sostenía que cuando una persona tiene problemas, se han de buscar soluciones interpersonales. Consideraba que la unión sexual era similar a ña unión espiritual y que los esposos deben ser concientes del significado del acto sexual. Para él, Europa no encontraría su auténtica dirección hasta que no trabajara en la unidad de las relaciones humanas.
- Bernard Harnik, graduado en Medicina por la Universidad de Basilea (Suiza), se dedicaría por completo, a partir de 1953, a la psicoterapia. Harnik se dirige a sus pacientes sobre la premisa de que la vida es un regalo de Dios que hay que respetar y entiende la suya propia como un servicio a los demás. En sus pacientes no ve sólo la parte biológica o psicológica, sino que entiende que cada uno encierra un misterio, su propia personalidad que difiere de las distintas identidades que toma como máscara. A este misterio lo denomina el "Cristo interno" y comparte esta visión con Loomis cuando éste le visita para aprender sus métodos de curación.
- Max Edwin Bircher. Hijo del fundador de la clínica Bircher-Benner, de Zurich, es conocido mundialmente por su investigación en la filosofía del Hombre Total y su empleo de la alimentación natural en sustitución de fármacos. Graduado en la prestiosa Clínica Mayo de Estados Unidos, Bircher recibe a sus pacientes en su mansión de 12 dormitorios de Landhaus Murphi, en el Lago Zug (Suiza). El lugar tiene una capilla circular con un estanque en el centro sobre el que cae agua desde un candelabro, formando círculos concéntricos, que sirven como foco de meditación. Bircher se encuentra diariamente con sus pacientes en esta capilla y los conduce mediante la música, el arte y la meditación hacia niveles de conciencia más profundos.
- Paul Tournie. La base de su trabajo es su concepción de la vida humana como una combinación de herencia, medio ambiente y fuerza interior. Tournier opina que la labor fundamental del médico es la de ayudar al paciente a escuchar su voz interior.
- Karlfried Graf von Durckheim. Obligado a abandonar Alemania nazi, vivió siete años en Japón, donde estudió con distintos maestros de Zen. Al regresar a su país natal, fundó el centro Rutte-Todtmoos, en la selva negra. Durckheim sintetizó las verdades universales que subyacen en las filosofías orientales y occidentales para descubrir el ser interior. En su clínica empleaba la meditación, el arte, la música, los masajes, el ejercicio y la psicología moderna, todo ello para abordar al paciente en su totalidad. Consideraba que hay que darse cuenta de los obstáculos en el camino de la realización, desapegarse del ego y sus actitudes distorsionadas, descubrir el ser interno como la verdadera realidad, percibir ese nuevo yo, y, finalmente practicar la nueva personalidad en la vida cotidiana. Durckheim murió en 1988.
* Evarts Loomis desencarnó en octubre del 2003. Colocar este trabajo es parte de nuestro tributo a Loomis. Aunque el aniversario de su partida es en octubre, gente como él siempre debe recordarse. Era un ser maravilloso. En los diálogos personales siempre evitaba identificarse como estadounidense o como doctor, porque para él la Tierra no tiene fronteras y éstas surgen como resultado del miedo que le tenemos a lo infinito y al amor, un temor enfermante. Para el ser humano actual es más fácil salir a matar que salir a amar. Veía la violencia como una enfermedad cotidiana presente en todo y hablaba de la medicina de la no violencia, sin tantos fármacos, tantas operaciones. Señalaba la necesidad de dar tiempo al cuerpo para recuperar su autorregulación y hacer partícipes a los pacientes en los procesos de sanación. Afirmaba que la medicina no podía ejercerse para lucro y siempre vivió movido por un profundo espíritu de solidaridad. Fue amigo entrañable del maestro, el Dr. Richard Sinn. Había pronosticado la crisis actual. Llamaba a aprender a curar y sanar con la fuerza del amor y el espíritu, un poder que todos llevamos dentro, pero que nos hemos dejado quitar. Se reivindicaba como hombre religioso, pero no como hombre de una religión. Según él, las religiones someten al hombre y le alejan de Dios. Están más interesadas en el poder. Pero no puede haber intermediarios entre nosotros y esa energía que llamamos Dios.
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