La levadura de cerveza conviene a las personas que padecen situaciones de estrés y agotamiento físico o intelectual. Es un buen suplemento dietético gracias a su aporte del complejo vitamínico B y a sus proteínas altamente digeribles.
Al ser tan rica en proteínas se recomienda incluirla en las dietas para perder peso y en casos de anemia. También se indica en el tratamiento de la desnutrición y la anorexia y para recuperar peso.
Además, se usa como desintoxicante al inicio de curas depurativas, por sus propiedades limpiadoras y protectoras del hígado. Su acción benéfica sobre la piel ayuda en casos de acné, eccemas y otras dolencias dermatológicas.
La levadura regenera la flora intestinal si ha sido afectada por procesos infecciosos o tras una intervención quirúrgica. También es buena -muy buena- durante el embarazo, la lactancia, en fases de crecimiento y, en general, en todas las situaciones que se haga necesario un aporte extra de nutrientes.
En tu caso, que has sufrido un accidente automovilístico que implicó ruptura de huesos, con una cirugía que parece implicar otra, tu edad y la deficiencia nutricional que acarrea comer fuera de la casa, recomiendo la levadura para balancearte nutrionalmente.
Aclaramos que la ingesta de levadura de cerveza, no debe sobrepasar los 20 g. diarios, límite impuesto por su elevado contenido en purinas. Esos gramos, tomados antes de cada comida, nos proporcionarán cantidades considerables de algunas de las vitaminas del grupo B, muy en particular de tiamina.
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