viernes, 3 de abril de 2009

A PROPOSITO DE SEMANA SANTA, UNA PROPUESTA DE SALUD INTEGRAL

Por José Rodríguez
Naturópata


Estamos en un tiempo habitado por deforestación, ruidos, suelo, agua y aire contaminado. Estamos en un tiempo de transgénicos, aditivos y colorantes artificiales en los alimentos y se invierte más en su presentación publicitaria y menos en su calidad real.

Estamos en un tiempo de precios altísimos en los medicamentos y con la degradación del medio ambiente, tenemos más enfermedades resistentes a cualquier tratamiento.

Estamos en un tiempo de tanta violencia, ambición, soledad y mucho estrés. Como vemos, la sociedad actual está concebida de forma tal que es una invitación permanente al desequilibrio físico, mental y espiritual.


Esta situación puede llevarnos a caer en la trampa del fatalismo y la resignación, que en nada favorece a los que deseamos vivir.

La coyuntura actual también puede servir de punto de partida para buscar y encontrar una perspectiva genuinamente creativa y esperanzadora. No, no podemos seguir insistiendo en un progreso sin valores humanos y sin conciencia. En medio de esta oscuridad crece la presencia de corrientes, como por ejemplo, la del ecologismo y el naturismo, que vienen para recordarnos que el bienestar humano no puede estar centrado en la economía, sino en el ser humano y en sus necesidades de expansión socio-espiritual.

La salud

Nuestra salud depende del equilibrio dinámico entre los cuerpos físico, mental y espiritual. Estar sano es un deber para poder descubrir y entrar en la realización de nuestro verdadero destino y, así, superar esta existencia sin sentido.


La salud y el cuerpo físico

La armonía del cuerpo físico es muy decidida por el estado de nuestros sistemas eliminatorios, porque las eliminaciones inadecuadas, a través de cualquier canal eliminatorio crea un exceso de toxinas que deben ser expulsadas del cuerpo. En la dieta vegetariana se obtienen generosas porciones de fibras naturales, generadoras de una eliminación más eficiente.

La carne

Al igual que nosotros, los animales en situación de ira o miedo, sufren profundos cambios bioquímicos que enferman. Cuando sienten que serán sacrificados o al ver a su alrededor el drama y resistencia de los demás a esa muerte tan violenta, el nivel de sus hormonas en la sangre (especialmente la adrenalina) cambia radicalmente. Estas grandes cantidades de hormonas se integran a la sangre y así envenenan la carne.

Otra fuente de enfermedades de los productos animales, es porque la digestión es posible mediante la putrefacción, desarrollándose una flora intestinal putrefactiva acidificante.

Estos microbios reemplazan la flora intestinal (del colón ascendente) que es fermentativa.

COMPARACIONES FISIOLÓGICAS

Carnívoro

Herbívoro

Hombre

Tiene garras.

Su piel no tiene poros. Transpira por la lengua.

Dientes delanteros afilados para desgarrar, sin molares planos para masticar.

Intestino tres veces el largo de su cuerpo, así la carne en descomposición puede eliminarse más rápido.

Fuerte ácido clorhídrico en el estómago para digerir la carne.

No tiene garras.

Transpira por los poros de la piel.

No tiene dientes delanteros puntiagudos. Tiene molares planos posteriores.

El intestino es de 10 a 12 veces el largo del cuerpo.

Ácidos estomacales 20 veces más suaves que en los carnívoros.

No tiene garras.

Transpira por los poros de la piel.

No tiene dientes delanteros puntiagudos. Tiene molares planos posteriores.

El intestino tiene 12 veces el largo del cuerpo.

Ácidos estomacales 20 veces más suaves que en los carnívoros.

Otra desventaja al consumir carne es que no sabemos, si proviene de un animal enfermo o sano.

Si ahora decides mejorar o conservar la salud de tu cuerpo físico no olvides que se requieren buenos hábitos alimenticios, ejercicios físicos regulares y adecuados, ayuno, buenas condiciones higiénicas, no comer en exceso, evitar la ira, el estrés y la vida sedentaria.

Los productos refinados

Los productos refinados pierden la parte rica en fibras, proteínas, minerales y vitaminas. Además, para su conservación y color son empleadas sustancias químicas que quedan incorporadas al producto que luego se consume.

De aquí en adelante, puede usted ya deducir o indagar los diferentes tipos de enfermedades que se obtienen a través del consumo de carne y de productos refinados.

Si se siente perseguido por la pregunta ¿Y adónde encuentro proteínas? Aclaramos que la mayoría de las proteínas se disgregan o descomponen en sus aminoácidos constituyentes, los cuales son reconvertidos y usados por el cuerpo para el crecimiento y reemplazo de tejidos. De estos veintidós aminoácidos todos, a excepción de ocho, son sintetizados por el cuerpo mismo y esos ocho aminoácidos esenciales, existen en abundancia en los productos lácteos, granos, cereales, leguminosas, nueces, etc.


La salud mental y espiritual

La paz anhelada y que necesitamos no puede obtenerse con soluciones mágicas ni farmacéuticas. Jamás podrá encontrarse a sí mismo fuera de su interior, ni en los refugios externos de las drogas, el alcohol, el dinero, el éxito y el poder.

  • Prácticas como la meditación y el ayuno potencian el proceso de nuestra sanación.
  • Darle cumplimiento a lo que sentimos y pensamos para no seguir siendo nuestros propios traidores.
  • Servir sin esperar nada a cambio, ya que los beneficios se obtienen en el acto mismo de servir, es ahí que encontramos la oportunidad de sentirnos útiles y verdaderamente ricos, porque siempre podemos dar.
  • Servir para ver y sentir esto que llaman amor.
  • Tendríamos que dirigir la atención hacia las satisfacciones internas, para no desperdiciar nuestra existencia en competencias y acciones pasajeras.
  • Es conveniente evitar la rutina, porque nos mecaniza llevándonos al aburrimiento.
  • Cultivar la humildad para poder aprender de los demás y así posibilitar nuestro crecimiento personal.

Aceptemos la vida como un misterio incesante para poder comprobar que el vivir es un proceso de aprendizaje interminable.

Aprovechemos estos días de Semana Santa para reconsiderar las tantas veces que nos abrazamos a la monotonía y a la rutina, aprovechemos para reconsiderar nuestra forma de asumir la vida.

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