Antropóloga Fátima Portorreal/
Hay que desarticular el estado, porque no funciona las instituciones gubernamentales, igual que los funcionarios que designan en los cargos públicos, son infuncionales.
“Hay que desarticular el Estado dominicano. No sé cómo, pero hay que desarticular al Estado, porque no funciona”. La propuesta de la antropóloga Fátima Portorreal está profundamente arraigada. Le sobran argumentos para justificarla. No teme a las críticas, porque sus convicciones la conducen a una conclusión basada en realidades palpables: los gobernantes de turno no aplican políticas para conducir al país por senderos de progreso, sino para empeorar nuestros males.
“Mucha gente piensa igual. Repito, el Estado debe disolverse”. Portorreal afirma que es el momento ideal de desarticular un sistema que está en crisis. Argumenta que las instituciones gubernamentales, igual que los funcionarios que designan en los cargos públicos, son infuncionales. Mientras se mantengan las mismas estructuras, nada cambiará. Es una historia que se repite gobierno tras gobierno.
“Es doloroso decirlo, pero este proyecto de nación no funciona. Y la mejor evidencia de que no funciona es que la gente está tomando las medidas personales desvinculadas de ese Estado para resolver sus problemas de alimentación, de vivienda, de salud, de transporte, de recreación…”
Cree firmemente en el principio de que “una mujer y un hombre tienen el derecho a poder decidir y expresarse libremente, así como también a estudiar, a tener un empleo, a tener un hogar, a alimentarse. Esos son elementos fundamentales”.
La antropóloga, catedrática universitaria y consultora de estudios socio-antropológicos de prestigiosas universidades norteamericanas, sostiene que la única alternativa que tenemos los dominicanos son las estructuras municipales, las autonomías locales.
El Estado, comenta Fátima, no garantiza a los dominicanos la alimentación, la salud, educación, vivienda. “Hay un deterioro de todos los valores fundamentales en torno a lo que son las expectativas que tiene el dominicano”. Por eso valida su planteamiento de desarticulación del Estado.
Portorreal percibe que hay desesperanza entre los dominicanos por la crisis política, social y económica que abate el país, con la agravante de que los que dirigen el Estado y las instituciones gubernamentales están completamente desvinculados de la problemática que afecta a las grandes mayorías.
Crisis alimentaria
Su enfoque sobre los males que sacuden al país la conducen a analizar dos aspectos que considera de vital importancia: la crisis alimentaria y el deterioro del medio ambiente. Formula críticas severas al gobierno de turno las políticas erráticas, la dejadez y la apatía de la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para conservar y preservar las áreas protegidas. Centra sus juicios críticos al sector agropecuario por los bajos presupuestos que se le asignan, particularmente a la secretaría de Agricultura, responsable de la producción de alimentos.
El 23 por ciento de la población padece hambre, según Portorreal. Esa cifra es alta, preocupante. “No hay comida. La base alimentaria de nosotros está en una situación difícil. En el país no se ha evaluado la situación de los pequeños y medianos productores de alimentos. También se habla de crédito para ese sector productor de alimentos, pero esos créditos no llegan a ellos”.
¿Qué política pública existe para mitigar el hambre de ese 23 por ciento de la población dominicana? ¿Qué vamos a resolver en la estrategia de producción agrícola, sabiendo que este es un país que está en una zona de desastres naturales? ¿Cuáles son nuestras estrategias? ¿Se van a otorgar créditos? ¿A dónde van a ir a parar esos créditos?
Son inquietudes que deben responder los que gobiernan, la pléyade de funcionarios que maneja el sector agropecuario.
¿Cuáles son las políticas que el Estado tiene para la agricultura?, se pregunta. Otra interrogante como respuesta: ¿donde están los millones que se ha dicho se han erogado. ¿Se lo dieron a los empresarios más grandes? ¿Y qué ocurrió con los pequeños y medianos productores?
Una de las críticas más ácidas de Fátima Portorreal al presidente Leonel Fernández Reyna es que, en el Día del Agricultor, distinguió a un reconocido empresario dueño de ingenios azucareros y de miles de tareas de tierra. El mandatario olvidó a los verdaderos campesinos que producen alimentos en condiciones adversas.
Y, precisamente, la investigadora menciona que una de las dificultades que confrontan los pequeños y medianos productores es la carencia de títulos de los terrenos donde cultivan. De esa forma no pueden acceder a los créditos.
¿Dónde están las políticas públicas neoliberales? Bien, gracias. Fátima Portorreal comenta que se supone que con “las políticas públicas neoliberales no debemos tener esperanza”. Sin embargo, cita los casos de Brasil, nación que tiene una política pública de crédito y está mejorando la cadena alimenticia.
¿Qué hacer?
La antropóloga sugiere “no concentrar todo a nivel urbano; es trabajar con lo fundamental, con comida. Es muy sencillo. Hay que trabajar directamente con comida, creando mecanismos, garantizando las condiciones para que los productores vayan al campo a sembrar. La gente que no está sembrando en el campo es porque no tiene tierra, o no tiene posibilidad de invertir en la tierra”.
Recursos naturales
Reconoce que hay un deterioro de los recursos naturales, no sólo por el cambio climático, sino por un mal manejo de quienes dirigen la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
“Los bosques se han deteriorado, pese a que muchos están en áreas protegidas, y a pesar de que tenemos una ley de protección de las áreas protegidas, éstas son invadidas por campesinos y campesinas que no tienen la tierra para producir”. ¿Ejemplo? El Parque Nacional de Los Haitises.
Menciona lo que ella llama el “turismo depredador”, fundamentado en un modelo neoliberal que ha destruido todas nuestras playas. “Las arenas de las playas tardan miles de años en formarse. Aquí hay playas que le están sacando arena para llevarlas a otras playas”.
“Han privatizado las playas, violando reglas y leyes nacionales. ¿Cuál ha sido la mejoría económica que ha tenido este país, dime. ¿cuál ha sido el empleo y los recursos que ha generado el turismo con la privatización de esas playas? Simplemente favorecer a los grandes inversionistas extranjeros, en detrimento del medio ambiente, en detrimento del patrimonio de los dominicanos”.
Entiende que la política medioambiental ha sido conservacionista. Sostiene que no se puede hablar de bosque sin tomar en cuenta el entorno social, y no se puede discutir sobre áreas protegidas sin involucrar la parte social.
“Si queremos manejar, preservar, conservar, tenemos que incluir lo social. Aquí existe la ley, pero no se aplica. Lo que se aplica es una actitud represiva frente a los recursos naturales. Por eso nuestros campesinos, en muchas ocasiones, queman los bosques como represalia porque no tienen qué comer, son padres de familia que no tienen tierra, no tienen donde producir”, manifiesta Fátima Portorreal .
La protagonista
Fátima Portorreal
Antropóloga e investigadora social
Antropóloga. Tiene una licenciatura en Antropología de la UASD y un “magister” en Género y Desarrollo del Intec. Es, además, psicoanalista lacaniana, investigadora para el manejo de los recursos naturales y profesora de desarrollo rural sostenible, con maestría de diversificación agrícola; de desarrollo alternativo, de sociedades medievales y sociedades contemporáneas. Portorreal imparte docencia de metodología científica, técnica de investigación y de antropología, historia universal, sociología del desarrollo e historia de Africa en diversas universidades.
Desde 1987, la antropóloga Fátima Portorreal ha realizado numerosas investigaciones en el área académica y ambiental en varias localidades del país.
Hoy, 17 abril 2009.-
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